Orden espontáneo


   Contemplen con atención y detenimiento este vídeo, al menos, un par de veces. Insisto: un par de veces, por favor. Gracias.
   Se trata de una escena cotidiana en un cruce cualquiera en una ciudad india. Convendrán conmigo en que el tráfico fluye, pese a que no cuenta con el "auxilio" de guardias, ni señales, ni semáforos; y, desde luego, resulta evidente que ningún concejal ha diseñado el proceso en lo más mínimo. Nada de nada. A su aire, a punto de pegarse un trompazo todos, o casi..., pero ahí circula todo el mundo, sin retenciones señalables, como si tal cosa.
  Convendrán conmigo, también, en que el buen fluir del tráfico depende, precisamente, de eso, de la ausencia de semáforos, guardias, señales...  que si plantamos allí a un par de munícipes retardarían indefectiblemente a bicis, isocarros, rickshaws, coches, peatones...; y que si encargamos el asunto a un concejal, incluso a uno bueno (no a ése en quien piensan, pues), la lía parda.
Asumir plenamente la naturaleza, el sentido, las imbricaciones y el alcance de este fenómeno (por otra parte, plenamente natural) ayuda en buena medida a entender el darwinismo y el liberalismo, y, sobre todo, supone vacunarse definitivamente contra todo tipo de socialismo.

Comentarios

  1. Este vídeo siempre me deja con la boca abierta. Es fantástico. Y si uno ha estado en Egipto, lo ve en directo. Alucinante.

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  2. Buenísimo. No he estado en Egipto pero sí en Nápoles y la circulación iba un poco así... Me ha encantado esta comparación con el liberalismo :D

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  3. Se van ustedes muy lejos. La plaza Circular a las dos y media de la tarde da para tres tratados de antropología.

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  4. Mucho más cerca está mi calle, al lado de la plaza circular, donde conviven aparcacoches, hora, coches en doble fila aparcados aleatoriamente a lo largo de la calle, furgonetas y camiones de reparto... Y un sin fin de pruebas a la paciencia del conductor.

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  5. Probablemente no todo el mundo sepa que Ahmadineyad, el simpático y liberal primer ministro iraní, se formó precisamente como ingeniero de transportes y, más aún, realizó su tesis sobre la planificación y el control del tráfico.

    Lo que ya no tengo claro es que haya muchas situaciones donde el orden espontáneo no surge y en las que, por tanto, lo mejor es recurrir a la planificación. Por ejemplo, situaciones donde nos encontremos con alguna variante del "dilema del prisionero", o donde la escasez de algún producto genere dolorosos "juegos de suma cero".

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